martes, 14 de octubre de 2014

Exposición sobre LAS CUEVAS ANQUIHALINAS DE BALEARES en el Centre de Cultura de Sa Nostra



El próximo mes de Noviembre la FBE organiza una exposición sobre las cuevas anquihalinas de Baleares. Son cuevas litorales con lagos de aguas dulces o salobres cuyas exploraciones subacuáticas han puesto de manifiesto un potencial hasta las horas inimaginable tanto en desarrollo como en valores geológicos y faunísticos. 

Esta exposición constará de; 

-  Descripciones generales de estas cuevas de Baleares, su formación y principales espeleotemas,
-  Fotografías a gran formato de zonas de interés  terrestres y subacuáticas
-  Exposición  de colecciones de espeleotemas freáticos (formaciones que se han encontrado rotas ​en el suelo de galerías y fondo de lagos) extraídos con la correspondiente autorización de la Conselleria de Medi Ambient
-  Fauna troglobia

-  Documentales y charlas

viernes, 10 de octubre de 2014

 Pedro Agustín Robledo Ardila recibe la Estalactita de Plata


La segunda jornada de Cuevatur 2014, el quinto Congreso Nacional y primero Iberoamericano de Cuevas Turísticas, ha acogido la entrega oficial de las Estalactitas de Plata, máxima distinción que otorga la Asociación de Cuevas Turísticas de España (ACTE).
Este galardón reconoce el trabajo, dedicación y contribución al desarrollo, protección y difusión del mundo subterráneo y en esta ocasión ha recaído en un total de cinco personas, según ha informado la organización del evento en una nota de prensa.
Manuel Durán Hidalgo, de la Gruta de las Maravillas, –Aracena, Huelva–, ha sido seleccionado por su contribución a la celebración del primer Congreso Iberoamericano y quinto Español Cuevatur 2014, que está teniendo lugar en Aracena en estos días.
Junto a él también ha recibido el premio, Juan Frau Mengual, de la Cueva del Rull –Vall D’Ebo, Alicante–, por su trabajo en torno al mundo subterráneo y a este tipo de turismo. El mundo técnico y científico también se vio reconocido en las figuras de Pedro Agustín Robledo Ardila, del Instituto Geológico Minero de España (IGME), y José María Calaforra Chordi, de la Universidad de Almería, mientras que la última Estalactita de Plata fue para Jöelle Darricao, de la International Show Caves Association (ISCA), por su trabajo en torno a las cuevas prehistóricas con patrimonio cultural en Francia.
La entrega de las Estalactitas de Plata tuvo lugar durante la cena oficial del Congreso, con la que se cerró una jornada en la que ha destacado el taller cooperativo de experiencias singulares entre cuevas de Francia e Iberoamérica, o algunas comunicaciones como los distintos estudio sobre el gas radón en cuevas como El Soplao (Cantabria), la Cueva del Viento (Islas Canarias) o la Gruta de las Maravillas (Aracena, Huelva). Además, pudo disfrutarse de un adelanto de la película que está rodando el director aracenense Fernando González de Canales sobre el Centenario de la Gruta de las Maravillas.
Los congresistas también han podido de las tres excursiones previstas por la organización a la propia Gruta de las Maravillas, a la Corta Atalaya en Minas de Riotinto y a la dehesa de la Sierra de Aracena, con una visita a una empresa productora de derivados ibéricos en Corteconcepción.
La jornada de este sábado culminará con la clausura a las 12,30 horas de esta cita, un acto que contará con la presencia de la secretaria general de Gestión Integral del Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía, Carmen Lloret; el presidente de la ACTE, Juan José Durán Valsero; y el alcalde de Aracena, Manuel Guerra.

viernes, 3 de octubre de 2014

Se ha publicado el libro de José A. Encinas, que cataloga 4.500 grutas naturales con más de 3.000 planos y 125 cartografías de cuevas mallorquinas

Noticia del periódico Diario de Mallorca sobre la publicación de un libro catalogando las cavidades mallorquinas.

José A. Encinas culmina medio siglo de estudios sobre las cuevas de Mallorca

Su ´Corpus Cavernario Mayoricense´ es un compendio sobre 4.500 grutas naturales con más de 3.000 planos y 125 cartografías - "Cada día se descubren nuevas simas, algunas ocultas durante siglos", asegura el explorador

02.10.2014 | 06:50
José A. Encinas sostiene un ejemplar de su vasto trabajo dedicado a las grutas.
José A. Encinas sostiene un ejemplar de su vasto trabajo dedicado a las grutas. 
¿Cuántas cuevas existen en Mallorca?, ¿qué usos han tenido a lo largo de la historia?, ¿por qué la inmensa mayoría no están señalizadas?, ¿de dónde proceden sus nombres?, ¿a qué peligros se enfrenta un espeleólogo? José A. Encinas tiene todas las respuestas. Después de medio siglo realizando incursiones subterráneas publica Corpus cavernario mayoricense (El Gall), un compendio informativo sobre 4.500 grutas naturales con más de 3.000 planos, 125 cartografías, 70 ilustraciones, 65 representaciones de arte epilítico rupestre y 90 dibujos complementarios.
La afición de Encinas por explorar cuevas se remonta a su infancia en Nerva (Huelva), cuando se aventuró en el paisaje del Parque Minero de Riotinto. "Ya se sabe que siendo un niño quieres probar todo lo prohibido y nosotros siempre nos metíamos en pozos y agujeros negros. Estaba en mi ADN. Allí fue cuando empecé a sentir cierta inquietud por este mundo", confiesa este antiguo estudiante de Maestría industrial.
Con 17 años Encinas llegó, procedente de su Sevilla natal, a Mallorca. "Enseguida quedé alucinado con las montañas de la isla, que poco a poco fui descubriendo, y con ellas, las cuevas", recuerda. Una de las primeras en visitar, como tantos otros recién llegados, fueron las Cuevas del Drach, en Porto Cristo. "Como andaluz soy un poco barroco, y el barroquismo de aquel lugar me atrapó". Pronto fue acumulando interrogantes y con el resto de integrantes del Grupo de Exploradores de Cuevas, germen fundador del luego formalizado Grupo Norte de Mallorca (GNM), decidió arrojar algo de luz sobre el mundo subterráneo mallorquín, no sin algo de temor: "Los miedos, en plural, siempre van contigo, nunca desaparecen. En cuanto entras en una gruta siento miedo a precipitarme al vacío, a encontrarme CO2 y no poder respirar, a quedarme atrapado..."
El volumen de Encinas persigue la intención de que las simas y cuevas mallorquinas sean "documentalmente asequibles a todos los públicos y también a los especialistas (...) A través de él se podrán acercar a la mayoría de grutas sin demasiada dificultad, saber algo de su conformación interna, programar aquellas visitas que les resulten asequibles o valorar las mejores realizaciones de determinados exploradores".
Cien kilómetros de recorrido
Las cuevas catalogadas, desde la más larga, la del Pas de Vallgornera, cercana a los 100 kilómetros de recorrido –y todavía sin cerrar–, a la más profunda –hasta la fecha, la Cova de sa Campana, en el Torrent de Pareis, de más de 300 metros–, aparecen por municipios y recogen aspectos esenciales de la conformación del monumento natural. Cada apunte indica sus proporciones métricas, aspectos del entorno, representaciones planimétricas y altimétricas, dibujos de detalle e imágenes ilustrativas del medio ambiente, de ajuares, instrumental o muestras frecuentes en los yacimientos.
Un trabajo que, a pesar de su extensión, más de 1.300 páginas, está inacabado. "Cada día se descubren cuevas. Incluso hay algunas que se abren de nuevo, fruto de una tormenta, que deja ver un agujero tapado durante mucho tiempo", aclara.
Como los bañistas tienen su rincón predilecto, Encinas también tiene su cueva favorita. Él la llama "la joya" y se encuentra en Pollença. Se trata de la Cova de Cornavaques, de 37 metros de longitud. "Unos cazadores refugiados durante una tormenta se fijaron en las estalactitas del alto paso adivinado al otro lado y por donde la sala continúa".
El explorador entiende las grutas como "baúles en los que cada cultura deja sus huellas". De ahí que "a veces" se encuentren "auténticas joyas". Uno de esos tesoros lo descubrió en 1967, en el Avenc de la Punta, también en Pollença. "Encontramos los llamados Toros de la Punta, sarcófagos tauromorfos en los que aparecieron restos de 50 cuerpos, de niños, mujeres y ancianos. La noticia apareció en los medios de la época y se hizo cargo de todo el Museo Nacional Arqueológico", recuerda.
El último importante hallazgo fue reciente, en Mancor de la Vall, un yacimiento de azabache, una variedad de lignito de color negro brillante, "una piedra que, como el coral, era muy apreciada en la antigüedad y que aún se usa por sus supuestas propiedades mágicas". Lástima que, este yacimiento, esté hoy amenazado por la basura que sobre él se deposita.
Precisamente el de la protección es un asunto que preocupa a Encinas. "Los grandes desmanes se producen bajo la legalidad. Como la Administración empiece a tocar las cuevas... Dios nos libre, pondrían hormigón donde no deben y asfaltarían el entorno. Bastaría con intentar no ensuciarlas", espeta este "poco amigo" de los carteles. "También soy reacio a la señalización de las cuevas. Tanta fita en la montaña... Que se documenten, recurran a un GPS o vayan con un guía. No pasa nada por perderse un día en la montaña", protesta.
En cualquier caso, admite que "hay qué hacer algo" para preservar estos monumentos naturales. "La pregunta es qué hacer. El criterio tendría que ser objeto de debate pero no ha de ser un decreto". Mientras llega ese debate, Encinas continuará explorando el mundo de las cavernas y animando a los más jóvenes a descender a los abismos. "Existe mayor riesgo de que te pase algo yendo en coche a Pollença que bajando a una sima a 30 metros. A los vehículos que te pasen por al lado no los podrás controlar. Eso sí da miedo".