Ascienden
en una camilla con cuerdas al científico atrapado y herido en la cueva más
profunda de Alemania
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Han cubierto los primeros 300 metros en su ascensión,
de un kilómetro de distancia en total
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El espeleólogo germano Johann Westhauser sufrió un
accidente hace más de una semana
Poco después de las 06.30 horas, el equipo de rescate ha llegado
al campamento Cb3 con la camilla en la que transportan Johann
Westhauser, el espeleólogo alemán herido y atrapado durante más de una semana
en la cueva más profunda de Alemania. Esto quiere decir que han
cubierto los primeros 300 metros en su ascensión hacia la boca de la cueva, a
un total de un kilómetro de distancia, pero también supone que el
rescate entra en su fase más delicada.
La
camilla está siendo ascendida con cuerdas y un equipo de unas diez personas la
acompaña para ir abriéndole paso a través de los ángulos cerrados de las
cavidades y sobre los obstáculos de roca y agua que debe atravesar. Las
zonas más controvertidas han sido superadas gracias a la instalación de
tirolinas por las que la camilla se ha deslizado salvando los principales
desniveles. Hasta el momento el rescate se ha realizado
principalmente en horizontal, pero a partir de este punto el equipo
internacional de salvamento deberá escalar una zona de pozos verticales y
calcula que esta etapa de apenas 200 metros podría durar al menos 48 horas.
"Hemos
conseguido que el paciente haya permanecido en la camilla durante todo el
tiempo, por lo que no ha tenido que levantarse. Tres médicos
están actualmente con el herido: uno alemán, uno austríaco y otro esloveno. Así
que su atención médica es muy buena", explica el portavoz del servicio de
rescate de montaña de Baviera, Roland Ampenberger. "Por ahora permanece
consciente, muy despierto diría yo, aunque el
nivel de estrés es muy alto y quizá sea conveniente sedarle durante parte de la
travesía".
En el
exterior, el tiempo está dificultando la operación de rescate, ya que los
helicópteros no pueden aterrizar debido a las nubes y el viento. Los
responsables de la operación consideran que puede llevar toda una semana
devolver a Westhauser a la superficie. "Una semana es una
eternidad", ha declarado Angelika G., con la que Westhauser vive desde hace
cuatro años y que antes de salir de casa se despidió de él rogándole:
"Vuelve sano y salvo". "Volveré",
ha sido el primer mensaje que Westhauser ha hecho llegar por radio a su pareja
cuando ha sido posible establecer comunicación.
ROSALÍA SÁNCHEZEspecial para EL MUNDO Berlín