Vallgornera, la cueva de la ciencia
Galería de la cueva del Pas
de Vallgornera en el sector subacuático de Gregal Miguel
Angel Perelló
ELENA SOTO Palma
Actualizado: 16/07/2014 11:02
horas
Sin accesos naturales conocidos, la cueva del Pas de Vallgornera permaneció
incomunicada con el exterior hasta 1968, cuando fue descubierta accidentalmente
durante las obras de perforación de la fosa séptica de un hotel. En principio,
se consideró la posibilidad de abrirla
al turismo, pero tras las primeras exploraciones se vio que era
una cavidad de difícil acceso y prácticamente quedó abandonada. Actualmente, la
abertura artificial primitiva es la única vía de entrada al subsuelo.
A partir de la década de los 90
comenzaron a realizarse diferentes
incursiones y
desde entonces la cueva ha ido 'creciendo', -en 2002 apenas se conocían seis
kilómetros, hoy en día ya hay explorados más de 70-, lo que la convierte en la cavidad kárstica de mayor recorrido de
Baleares y una de las más importantes de Europa. Pero el mayor
interés no son sus dimensiones ¿Qué tiene de especial?
Las cuevas son como un inmenso
archivo de datos de la historia de la Tierra. Su investigación permite retroceder en el tiempo,
arrojando luz sobre el clima, el tipo de paisaje e, incluso, la fauna del
pasado. Si, además, se trata de espacios aislados y prácticamente inalterados
por la intervención humana, su valor para disciplinas como la paleontología es
extraordinario, ya que las acumulaciones de restos fósiles en un contexto
sedimentario permiten llevar a cabo diferentes
estudios estableciendo reconstrucciones paleoecológicas
bastante precisas.
El mundo subterráneo del karst
suscita también un gran interés porque sus espeleotemas (estalactitas,
estalagmitas, columnas o gours) ocultan en su interior numerosos registros sobre
el antiguo clima de nuestro planeta. Si se trata de cuevas litorales cuya
formación está relacionada directamente con las fluctuaciones marinas, tienen
un valor añadido. Como anillos subterráneos de minerales, las formaciones de
las cavidades de las cuevas litorales encierran
las huellas de los cambios que durante miles de años ha
experimentado el nivel del mar, además de registrarlos cronológicamente. Los
espeleotemas freáticos de los lagos salobres de la Vallgornera, sumergidos en
las aguas o emergidos, intermitentemente, son testigos de excepción porque su
precipitación estuvo afectada con frecuencia por las oscilaciones marinas. Su
estudio está proporcionando una información muy detallada sobre la posición del
nivel del Mediterráneo en el pasado y su relación con los grandes ciclos
glaciares e interglaciares.
En Mallorca, al tratarse de una
isla predominantemente caliza, hay un gran número de cuevas litorales que se
han desarrollado sobre todo en el interior de las plataformas
carbonatadas del Mioceno superior -entre diez y cinco millones de
años atrás-, constituidas por calizas arrecifales y calcarenitas muy porosas.
Plano de la cueva ANTONI CIRER
Una red laberíntica muy singular
Las fluctuaciones del nivel del
Mediterráneo a lo largo del Cuaternario -últimos dos millones de años- han
influido en su formación, pero la del Pas de Vallgornera aporta evidencias de
una compleja espeleogénesis que incluiría, aparte de la disolución producida en
la zona de mezcla costera, una notable recarga
meteórica superficial
así como una posible recarga basal de origen hipogénico relacionada con fenómenos geotérmicos locales, diferenciándose,
en este sentido, de los modelos estándar de formación de cuevas. Todas estas
peculiaridades convierten a esta cavidad en
única dentro del endokarst de la zona de Migjorn y en un
lugar muy interesante a nivel internacional,
En las dos últimas décadas se han realizado en este
espacio numerosos trabajos que han ido apareciendo en diferentes revistas
científicas; recientemente la publicación International Journal of Speleology
ha dedicado un dosier especial que reúne 11 estudios de los investigadores del
Departamento de Ciencias de la Tierra de la UIB y de la Federació Balear
d'Espeleologia sobre la cueva del Pas de Vallgonera.
El monográfico, coordinado por
los doctores Joan J. Fornós y Joaquín Ginés, incluye trabajos que abarcan
diferentes aspectos, y que van desde una detallada descripción de la cueva con
una introducción histórica sobre su exploración a una investigación demicrobiología sobre la diversidad
de comunidades encontradas en la cavidad; pasando por estudios que realizan una
revisión de los aspectos geológicos y de los agentes implicados en su
espeleogénesis; un artículo sobre aspectos geoquímicos e isotópicos de sus aguas
freáticas; una investigación de las tipologías y la distribución de los
espeleotemas en el sistema de la cueva; un trabajo sobre el complejo proceso de
sedimentación que sucede en este espacio, o la descripción de los minerales
encontrados, con una especial atención a los raros
e inesperados, inusuales en otras cavidades de Mallorca. Además de
dos estudios sobre el contenido paleontológico de sus sedimentos.
Situada en el término municipal
de Llucmajor, con más de 74 kilómetros explorados, incluidos 17 de conductos submarinos,
Pas de Vallgonera presenta una red laberíntica de pasadizos y cámaras. Hay
sectores totalmente sumergidos, a los que solo se puede acceder con técnicas de espeleobuceo.
La diversidad de formas de los
espeleotemas (de goteo, de flujo, subacuáticos de origen vadoso o de origen
freático costero, entre otros) junto con los lagos, que ocupan grandes
extensiones de la cavidad, convierten a la Vallgornera un lugar único de gran belleza y fragilidad.
Desde el punto de vista geológico, todo el conjunto constituye un complejo
sistema espeleológico costero con una gran diversidad
morfológica y una variada gama de formas de corrosión relacionadas
con un medio geoquímico de mezcla de aguas dulces y saladas, escasamente
documentado en la bibliografía internacional.
Vallgornera es también la cueva
de la ciencia. En 2010 se realizó una expedición científica para excavar un yacimiento paleontológico
situado en uno de los lugares más remotos e inaccesibles de la cavidad,
conocido como la 'Galería del Tragus'. Durante la campaña paleontológica se
obtuvo una buena representación fósil de la fauna que pobló Mallorca hacia
comienzos del Pleistoceno, hace unos dos millones y medio de años.
Ese mismo año, la revista Science
publicó el artículo Nivel del Mar hace 81.000 años en Mallorca, resultado del
estudio llevado a cabo por el grupo de Karst de la UIB en colaboración con grupos de otras universidades.
En él se reconstruye la historia del clima correspondiente al último periodo
interglacial -hace unos 81.000 años-, destacando la estrecha relación existente
entre el nivel del mar a escala global y el clima de la Tierra. El elemento de
estudio fueron los engrosamientos que presentan los espeleotemas freáticos que
se dan en loslagos interiores
con aguas salobres de
las cuevas litorales kársticas, entre ellas la Vallgornera, conviertiéndose en un laboratorio perfecto
para conocer el paleoclima terrestre.